Texto y foto: José L. Ramos Romero
Cita con Jaume Balagueró (Lleida, 1968). Premio Serial Killer del VIII Festival de Cine Fantástico Europeo de Murcia CFEM 2019
«Cuando estoy viendo una película no estoy pendiente de la técnica, sino de la historia.»
Espera delante del portal del hotel, cigarro en mano. No llama la atención, sin menoscabar el atractivo de este hombre alto, de porte singular y vestimenta urbanita que se maneja entre las calles de Murcia con total naturalidad como ciudadano del mundo que es. Salimos fuera de la zona de confort y nos adentramos en las tascas pasando por el cine Rex y le hago partícipe de su historia, de la re-inauguración con Tacones Lejanos (Pedro Almodóvar, 1991) en octubre de 1991, y me pregunta si se sigue proyectando, mostrando su satisfacción cuando le respondo afirmativamente. Se confiesa más discípulo de Jesús Franco que de Paul Naschy (de cuyos guiones, escritos a mano, ha quedado fascinado en la exposición de la Biblioteca Regional), más del fanta-terror que del terror hispano, seguramente también influenciado por el director italiano Dario Argento, otro de los referentes del género.
Llegamos a La Porchá, en la plaza de las Balsas, epicentro de lo que fue la movida murciana. Sentados, acompañados por el café reparador, le someto al Tercer Grado entre el bullicio de la parroquia de esta tarde de sábado.
Las preguntas van fluyendo en la naturalidad del encuentro entre fan y protagonista. No siempre uno tiene la suerte -y digo suerte- de tomar café con uno de los directores del género fantástico más relevantes de los últimos veinte años, creador, junto a su colega Paco Plaza, de una de las franquicias más taquilleras del género: la angustiosa Rec (Jaume Balgueró/Paco Plaza, 2007-2014). Jaume se confiesa un espectador natural de películas, de los que van a ver y disfrutar con la exhibición sin atender registros, formatos o artificios sino mostrando su atención en la historia, y apostilla qué mediocre debe ser, o qué mal lo ha hecho el director, si el espectador se fija más en los recursos que en la historia en sí pues eso significaría que el director no ha sabido utilizar los recursos adecuados a la historia narrada.
Y claro, la siguiente llega que ni pintada:
¿Cuándo comienzas a dirigir?; ¿Cómo aprendes a manejar la cámara pues he leído en Wikipedia que fuiste alumno del Centre d’Estudis Cinematogràfics de Catalunya (CECC)?
«No. Yo no fui alumno de la CECC», y deja un respiro… «Perdona. Sí, estuve matriculado medio año y abandoné. Tenía 18 años, hubo un cambio de dirección en el Instituto y me fui a Comunicación. Fue una cosa técnica.”
-Pues, ¿dónde aprendiste tu oficio? -la respuesta fue de lo más sorprendente-:
-«En el cine: yo aprendí a dirigir en el cine. Cogía mis bártulos, mi handycam y grababa mis vídeos yo solo. Hacía de director, de actor, de cámara, de productor, y no lo montaba porque no tenía mesa de edición -eran carísimas en aquel tiempo en España-. Yo recuerdo que lo que hacía era grabar ya montando por el orden cronológico, a tiempo real de la película». Y aquí se arremolinan las imágenes de la pandilla de Super 8 (J. J. Abrams, 2011) esos chavales que se tropiezan con la pesadilla aquella noche mientras rodaban su corto de terror.
Los sin nombre (1999) fue su primera película. Presentada en el Festival de Sitges ganó el premio Méliès de Oro. Una película oscura, agobiante, que él define más como thriller:
-«No era una película estándar, lo que uno espera de una película de terror, sino más bien un thriller. Y sí, con un thriller también se puede dar miedo, que el miedo es intangible, a que el enemigo lo vas creando tú en tu cabeza, que no te lo están enseñando.”
-Unos códigos que vuelves a repetir en Mientras duermes (2011), aunque ahí sí conocemos el Mal…
-«Sí, pero aquella propuesta era distinta, a la inversa. Aquí el Mal es visible, pero no solo es visible sino que, y aquí está la propuesta arriesgada, la película fuerza al espectador a identificarse no con la víctima sino con el Mal, y tú estás viviendo la película según el punto de vista del Mal; tú estás acompañando siempre a ese asesino y la que es invisible es la víctima, y obligas al espectador a ser cómplice de esa maldad, partícipe de la perversidad del portero.” Y aquí el periodista elogia a Luis Tosar en ese papel que tanto le recuerda al reverendo Harry Powell, el demente predicador interpretado por Robert Mitchum en La noche del cazador (Charles Laughton, 1955).
Llegamos a Rec (2007), la película que devolvió el cine zombie al gran público, un proyecto rodado con apenas financiación en colaboración con el director Paco Plaza y que supuso el encumbramiento del director, ganadora de los premios a la dirección y mejor actriz –Manuela Velasco, que repetiría palmarés a Mejor Actriz Revelación en los Goya- en el Festival de Sitges de aquel año, ese Festival al que acudía un joven Jaume y que soñaba poder participar en él.
-«Sí. Rec fue un experimento en realidad. No solo era realizar un proyecto de found footage (falso documental), que ya se había hecho anteriormente como en Las Brujas de Blair (The Blair Witch Project. Daniel Myrick/Eduardo Sánchez, 1999) o Holocausto Caníbal (Ruggero Deodato, 1980). Aquí era colocar al espectador y ponerlo en el ojo de la cámara, y todo lo que sucede sucede a tiempo real, delante de él, dentro de la historia. Era arriesgado pero creo que funcionó muy bien.»
-Otra de las cuestiones que me llama la atención de tu cine es el referente a «la casa» como elemento principal de la trama, otro de los referentes clásicos en el cine de terror.
-“Sí, uno de los personajes principales de mis películas es «la casa», como en Darkness (2002) donde era la gran protagonista. En Rec es el edificio emblemático donde sucede todo; el universo es un vecindario de barrio. En Frágiles (2005) la trama se desenvuelve en un hospital, que es el gran protagonista. Y en Rec 4 (2014) se cambia el edificio por un barco, que es además un sitio aun más aislado de donde es imposible escapar.”
Le pregunto por su nueva aventura, una coproducción que empezará a rodar en abril en Madrid -un thriller de acción- y derivamos a la producción, a lo complicado que siempre ha sido sacar un proyecto adelante.
-«Siempre ha sido muy difícil rodar cine, siempre. Cuando has hecho una película y has tenido cierto éxito es más fácil. Sí que te diré que ahora puede ser más fácil porque hay tal necesidad de producto de contenido que se está produciendo muchísimo debido a las nuevas plataformas televisivas; es más sencillo para un nuevo director que quiere hacer algo poder encontrar la posibilidad porque hay mucha demanda. Hay necesidad de producir muchas series, muchas películas, entonces puede llegar a ser más fácil.»
Y seguimos hablando de Roger Corman, de Haneke; de lo bien que está en Murcia, su agradecimiento a Javier García por traerle a nuestra ciudad y por el premio otorgado a su obra en el Festival, pero el tiempo apremia y hay que volver al hotel a otro compromiso. Esta noche se clausura el Festival y él es el invitado de honor. Así que disparo mi cámara y dejo constancia de su paso por nuestra ciudad, con esa sonrisa amable y las manos en los bolsillos, tan natural, como es él.
Gracias, Jaume, por este ratico que has compartido con nosotros.