José Carlos Martínez: «Quiero romper la barrera entre el escenario y el patio de butacas»

Por Nacho Álvarez-Castellanos

El próximo sábado 6 de mayo, la Compañía Nacional de Danza, con su director al frente, José Carlos Martínez (Cartagena, 1969), actúa en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia presentando un programa dedicado al gran coreógrafo norteamericano William Forsythe.

Nosotros seguimos con nuestra serie de entrevistas a profesionales de la danza murcianos, que comenzamos con las profesoras Raquel López y Fuensanta Zomeño y continuamos con Juanjo Arqués, coreógrafo del Het Nationale Ballet de Holanda, para acercar a otra primera figura de la danza, un hombre elegido personalmente por el mítico Rudolf Nureyev para ser el primer bailarín del Ballet de la Ópera de París y que desde 2011 dirige con mano firme una compañía, la Nacional de Danza, llamada ser, si la inversión en cultura española lo permite, una de las mejores del mundo.

Ya casi 6 años al frente de la Compañía Nacional de Danza. Comentabas al comienzo de tu trabajo en la compañía que querías “un proyecto encaminado a convertir a la CND en un motor de dinamización de la danza en España” ¿Cuáles han sido los pasos para lograrlo?

El trabajo ha sido intenso y variado. Por un lado hemos tenido que trabajar las bases de la compañía dentro del cuerpo de baile y en cuanto al trabajo en el estudio, hemos hecho que vuelva la zapatilla de punta, poder hacer a la vez ballet clásico y contemporáneo, para poder dar una nueva identidad a la compañía, que es la que tiene ahora, y de manera paralela a todo eso, comenzar una serie de coproducciones, de colaboraciones con otras compañías, a la vez que creábamos nuestro proyecto pedagógico, lo que yo digo “abrir las puertas de la compañía” para que la gente pueda venir a ver cuál es el trabajo del bailarín. En pocas palabras, queremos dar visibilidad al bailarín y a la compañía para que haya cada vez más danza en nuestro país.

¿Crees que, visto en la distancia, lo estáis consiguiendo?

Pues sí creo que lo estamos consiguiendo, no hay más que ver los resultados por ejemplo cuando atendemos al número de espectáculos de la compañía: En mi primer año hicimos 36 y ahora estamos en 75 anualmente, nacionales e internacionales. Otro ejemplo: Más de 35.000 personas han visto nuestro Don Quijote, nuestra última producción clásica. Es decir, se ven los resultados y éstos creo que son muy buenos.

Con 19 años elegido por Nureyev para formar parte del Ballet de la Ópera de París ¿A partir de ahí todo es más fácil o la autoexigencia es máxima?

Bueno, esto de ser bailarín es difícil siempre. A mí siempre me ha gustado mucho trabajar en el estudio, haciendo esa clase de ballet que todos los bailarines tienen que hacer cada día de su vida. Entonces, por un lado fue fácil porque siempre me ha gustado hacer esos esfuerzos, pero claro, entrar en la Ópera de París y con Nureyev supuso comenzar la fase más difícil de mi carrera.

Con tu experiencia como bailarín y luego como director de una compañía profesional, ¿qué diferencias o exigencias encuentras, qué te ha aportado cada una de ellas?

Son dos cosas muy diferentes. Cuando tú eres bailarín, tienes que ocuparte principalmente de tu cuerpo, la coreografía que tienes que bailar, ir trabajando tus defectos para corregirlos, poner en valor lo que haces mejor…, estás muy centrado en ti mismo. El trabajo de un director de compañía, al igual que el de un coreógrafo, se ve a través de los demás miembros de la compañía, ya sean técnicos, bailarines, administrativos o la labor que le corresponda a cada uno. La gestión de todo ese personal no tiene nada que ver con la gestión de ti mismo.

Qué le dirías a los jóvenes bailarines que teniendo una buena técnica, una actitud excelente y un talento innato no tienen el físico que requieren y exigen las grandes compañías de danza clásica. ¿Se puede bailar sin ese físico tan exigente?

Yo creo que hoy en día se puede bailar sin ese físico tan exigente que dices, lo único que pasa es que hay que tener en cuenta que hay compañías con ciertos perfiles donde hace falta ese físico, es necesario hasta estéticamente. Estas chicas y chicos pueden bailar si tienen esas ganas y esa pasión que hay que tener, pero no forzosamente danza clásica, hay que irse a otro tipo de técnicas, quizá. Siempre hay que intentar que lo negativo se vuelva positivo. El perfil de bailarín ideal que existía en el siglo XIX ya no existe, en un cuerpo de baile hay personas con cuerpos muy diferentes.

Por ejemplo, ahora tenemos bailarinas y bailarines en la CND que a lo mejor hace 50 años no hubiéramos tenido, pero también es verdad que el ojo del espectador y del coreógrafo están evolucionando continuamente y en cierta manera se está produciendo una fusión entre la danza clásica y la contemporánea. La evolución de la danza clásica no ha ido hacia que se tenga menos técnica, pero quizá sí a algo más natural.

Nos decía Juanjo Arqués, en una entrevista que le hicimos el año pasado, que España no es el país más adecuado para ser artista, que es muy difícil producir una obra. ¿Estás de acuerdo? 

Estoy totalmente de acuerdo. Es muy difícil para un coreógrafo independiente tener una compañía, mantenerla, montar espectáculos que, además del estreno, puedan girar…, el panorama respecto a la danza está muy complicado en nuestro país. Nosotros, la Compañía Nacional de Danza, está claro que tenemos mejores condiciones que los demás, pero una compañía equivalente en otro país está instalada en un teatro y tiene su temporada establecida, cuando nosotros, al ser una compañía itinerante, tenemos que negociar con cada teatro para nos den fechas.

¿Qué crees que necesita España para que esto no sea así? ¿Qué crees que necesita la cultura en este país para que dé un paso adelante?

Pues simplemente hacen falta un montón más de compañías de danza que estén fijas un teatro, como en otros países del mundo.

¿Me quieres decir que la Compañía Nacional de Danza no reside de forma fija en un teatro?

No, nosotros tenemos una sede donde ensayamos y luego bailamos en el Teatro de la Zarzuela, en el Real, en el Teatro del Canal, en El Matadero…, y el tiempo restante estamos en gira, pero no tenemos un teatro donde yo pueda organizar mi temporada y decidir lo que se va a bailar. Ahora estamos hablando con los responsables políticos porque ha salido en el Plan Cultura 2020 y parece que hay una verdadera voluntad política para darle un teatro a la danza nacional. Sería un paso muy importante.

¿Qué labor hacéis de enseñanza en la CND? ¿Tenéis pases abiertos a colegios, por ejemplo, matinales…?

Nosotros tenemos un proyecto pedagógico en el que invitamos a colegios, personas mayores…, a visitarnos y en cierto modo “democratizar” la danza clásica. Les enseñamos por dentro cómo es el día a día de una compañía profesional de danza. Por otra parte, tenemos una guías pedagógicas de cada espectáculo que hacemos para darlas al público que viene a vernos y quiera a lo mejor luego investigar más. Y aparte, por ejemplo, tenemos un evento anual que se llama “Aprendanza” que va dirigido a profesores, pero no necesariamente profesores de danza, en el que les damos una serie de pautas para que puedan llevar la danza a las aulas. Con este proyecto también queremos que la danza salga de los conservatorios y las escuelas de danza. Nosotros estamos formando a los bailarines del mañana, pero también dando de comer, nutriendo culturalmente a la gente, e intentando que la danza clásica deje de ser esa cosa que tradicionalmente se ha visto como académica, elitista y cerrada.

¿Guardas relación con colegas de Murcia?

Sí, claro, estoy al tanto de todo lo que se hace por mi maestra Pilar Molina, con quien empecé, por gente del Conservatorio de Danza Murcia, estoy en contacto con Carmen Rubio, con gente que está intentando trabajar en la Universidad…, estoy atento al mundo de la danza en la Región de Murcia, sí.

¿Vas a realizar alguna actividad paralela aprovechando tu estancia aquí?

Tenemos previsto dar yo una serie de clases magistrales, pero no va a coincidir con las fechas del espectáculo, porque el hecho de venir con un programa nuevo, con el programa Forsythe, implica estar muy concentrado en todo. Creo que se está organizando un día de puertas abiertas para ver los ensayos y explicar el espectáculo, pero no mucho más por lo que te digo, el programa es nuevo y además tenemos que readaptar la función al espacio que tenemos, ten en cuenta que el escenario del Teatro Real es más grande que el escenario del Auditorio Regional. El trabajo tiene que ser duro y la concentración máxima.

¿Por qué Forsythe? ¿Qué te ofrecen sus coreografías?

Bueno, el espectáculo son tres piezas de William Forsythe, una especie de viaje a través de todo lo que ha hecho. Para mí, Forsythe es uno de los grandes coreógrafos que ha tenido la danza a lo largo de su historia y uno de los grandes coreógrafos contemporáneos, y creo que el camino que ha recorrido, partiendo de la danza clásica…, haciendo piezas totalmente clásicas y también piezas totalmente contemporáneas…, pues simplemente representa lo que yo quiero que sea la Compañía Nacional de Danza. Este programa que traemos ahora a Murcia representa qué es la danza en el siglo XXI.

William Forsythe se ha visto muy pocas veces en España y un programa entero suyo, menos aún, en todo caso el Ballet de Frankfurt creo que en una ocasión, pero no se conoce en nuestro país en absoluto y creo que es nuestro deber facilitar que la gente tenga acceso a ese tipo de repertorio.

¿Proyectos de futuro? ¿Quizá algo que te apetezca hacer de forma inmediata? ¿Un proyecto pequeño? ¿Una colaboración?

Pues ya no es un proyecto porque ya se está concretando, pero justo después de actuar en Murcia estrenamos en el Teatro Pavón de Madrid un espectáculo original, interactivo, donde el público elige lo que quiere ver bailar en el escenario. Nosotros proponemos un menú de coreografías y la gente va a poder votar y elegir el espectáculo que quiere ver, una especie de espectáculo a la carta.

Es una nueva aventura que me ilusiona mucho, me interesa esa interacción que me permita ver la reacción del público, me parece importante romper la barrera entre el escenario y el patio de butacas, como he dicho antes, democratizar la danza.

Por último, ¿algún consejo para la gente joven que comienza en la danza o que lleva un tiempo estudiando y ve difícil poder dedicarse profesionalmente al ballet?

Es verdad que no es fácil, pero el hecho de poder dedicarte a tu pasión, el hecho de poder subirte a un escenario, es muy enriquecedor. No sé, hay personas que llevan una vida mucho más triste, más anodina… Para ganar dinero es mejor ser futbolista de élite, pero cuando existe la pasión por algo, las fronteras, los límites, no existen, si no puede ser en España y hay que irse fuera, pues bienvenido sea el cambio de aires, no tiene por qué resultar un drama. Ahora sí, en España hay cada vez más sitios donde actuar y más compañías donde bailar, y eso hay que aprovecharlo.

CND – Estreno UNA NOCHE CON FORSYTHE from COMPAÑIA NACIONAL DE DANZA on Vimeo.

 

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