La «realidad aumentada» de la Comicteca Regional

La Comicteca de la Biblioteca Regional lleva más de una década promoviendo la lectura a través del cómic. Este invierno, a sus 200 metros cuadrados, sus 32 módulos de diseño exclusivo, sus sillones con tapicería de cómic, y a las nuevas secciones que se irán lanzando las próximas semanas, se suma el Faro de la Comicteca, una estructura metálica de dos metros y medio en la que ilustradores murcianos expondrán sus obras cada mes, como una manera de promocionar el talento autóctono.

Pero hay más novedades en la Biblioteca Regional. Próximamente y a través de la aplicación de realidad aumentada gratuita Aurasma (que puede descargarse en cualquier dispositivo móvil), se han añadido contenidos a las portadas de algunos cómics según la temática sobre la que versan. Así por ejemplo, el cómic Notas a pie de Gaza de Joe Sacco “esconde” un reportaje muy breve que narra los antecedentes del conflicto palestino-israelí;  El gusto del cloro de Bastien Vives que narra una historia de amor en una piscina incluye un número musical acuático de Esther Williams; o V de Vendetta de Alan Moore  un vídeo explicando los orígenes de la famosa máscara de Anonymous. Críticas de booktubers, vídeos musicales, cortometrajes, todo tipo de contenidos audiovisuales que se añaden según la temática sobre la que versa cada cómic.

Además, la Biblioteca también va a lanzar próximamente la Fanzinoteca, un espacio dedicado al inquieto mundo del fanzine como expresión de la creatividad más alternativa y underground. De este modo, la Comicteca se convierte en mucho más que una colección de cómics, es ya una línea de agitación cultural que durante estos años se ha concretado en diferentes intervenciones artísticas de la Biblioteca Regional (las denominadas acciones artístico-bibliotecarias), que han hecho confluir el fomento de la cultura en todas sus manifestaciones con la participación de artistas, diseñadores y comercios locales.

En definitiva, una serie de proyectos que, aprovechando el auge de la novela gráfica, buscan ampliar los límites del concepto de biblioteca pública y de los servicios culturales en el siglo XXI.

 

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