Senderos a la modernidad

Senderos a la modernidad. Pintura española de los siglos XIX y XX en la Colección Gerstenmaier es la exposición que podemos ver en el Centro Cultural Las Claras Cajamurcia desde el pasado 3 de febrero hasta el 23 de abril. De esta manera, la sala de exposiciones de la entidad bancaria abre sus puertas a la pintura de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, una de las etapas más fructíferas de la Historia del Arte de nuestro país, y lo hace para mostrar al público la exposición Senderos a la Modernidad con una selección de obras que pertenecen al coleccionista de pintura alemán Hans Rudolf Gerstenmaier.

Con el paso del tiempo esta colección se ha convertido en una de las más interesantes e importantes del panorama español, consiguiendo reunir más de un centenar de pinturas europeas de diversas escuelas y procedencias destacando la pintura flamenca.

Senderos a la Modernidad la componen 78 obras de los más destacados pintores de la España de entresiglos tales como Carlos de Haes, Darío de Regoyos, Ignacio Zuloaga, Isidre Nonell, Joaquín Mir, Anglada Camarasa y así hasta 30 grandes artistas entre los que se encuentra un nutrido grupo de autores levantinos como Sorolla, Francisco Domingo, Manuel Benedito o Emilio Sala.

Según Marisa Oropesa, comisaria de la exposición y autora del catálogo, «Hans Rudolf Gerstenmaier, como los grandes coleccionistas de antaño, empezó a coleccionar buscando lo bello, es decir, priorizaba su gusto personal por encima de otras consideraciones. Con el paso del tiempo, la colección se ha convertido en una de las más interesantes e importantes del panorama artístico en nuestro país. Quizá uno de los grandes méritos de este singular y apasionado coleccionista de origen alemán y afincado en España desde hace más de cuarenta años, es que la mayoría de sus obras han sido adquiridas en casas de subastas y anticuarios españoles. Esta circunstancia, ha permitido recuperar piezas que se encontraban en el olvido y, sobre todo, lo que es aún más importante, evitar que algunas de estas obras saliesen de nuestro país para pasar a formar parte de colecciones y museos internacionales. Por eso, este acervo de más de setenta obras supone una oportunidad única para sumergirnos en el arte de nuestro país de finales del siglo XIX y principios del XX y entender así esas décadas revolucionarias que gestarían todos los ismos del siglo pasado.»

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